Restaurante El Encuentro
“Trampa o ilusión con que se engaña a alguien haciéndole ver lo que no es”, así define la RAE lo que es un trampa-antojo. Una palabra, que a lo mejor nunca habías oído relacionada con cocina, hasta el miércoles pasado en el programa “Top Chef”. En él descubrimos que un huevo no tiene por que ser un huevo, un atún puede que sea dulce y no tenga espinas, y unos tagliatelle están igual de sabrosos aunque no sean de pasta.
Si algo nos enseñaron en “Top Chef” es que la cocina no es aburrida, la cocina se puede convertir en un juego, en una explosión de creatividad e imaginación, en la que participan los cinco sentidos, en una chistera de mago de donde sale un plato con sorpresa que no esperas, en algo que no es lo que parece, en un engaño, o en una ilusión, como ya insinuaba Magritte con su cuadro “Ceci n’est pas une pipe”.
Todo esto, lo pudimos ver en el programa. Pero, aunque los concursantes “exprimieron” al máximo su ingenio, creando, por ejemplo, con media cebolla un lomo de bacalao, o convirtiendo aceitunas en morcilla de Burgos, hubo dos de ellos que impresionaron al jurado especialmente con sus trampa-antojos. El aragonés Antonio Arrabal, que sorprendió con un atún que en realidad era una sandía, y la valenciana Bárbara Amorós, con unos tagliatelle boloñesa hechos con nabo, apio y tofu.
Desde nuestro restaurante en Valencia, queremos felicitar a todos los concursantes de “Top Chef” por el rato que nos hacen pasar cada miércoles, y animamos especialmente a nuestra paisana y amiga Bárbara, para que lo siga haciendo tan bien como hasta ahora.
Restaurante El Encuentro