Restaurante El Encuentro
Cual centinela en bronce allí te eriges, vigilante, anhelante, sabiéndote vértice de genios, tiempos e historias. Intentando encerrar tus formas curvilíneas en un prieto corpiño, una estrechez que contrasta con la holgura de tu recio guardainfante, y escuchando, si el tráfico te lo permite, los murmullos de la gente que pasa.
Porque, aunque tus pies sean pesados, tus oídos se me antojan fisgones en tu rostro sin trazos.
Curiosean las palabras que lleva el aire, las risas, los gritos, los enfados o alegrías que se pierden entre el bullicio de los viandantes.
No rehuir de la realidad, si acaso embellecerla con gotas de mordacidad, eso te enseñó tu creador, y esa lección te la dejó bien aprendida.
Desde nuestro Restaurante El Encuentro en Valencia te vemos, impertérrita y a veces locuaz, pero eso sí, nadie te esquiva, todos buscan admirarte, adivinar por qué estás ahí, como si hubiera sido obra de alguna maldición mitológica tu conversión en amalgama de metales.
Lo cierto, es que Manolo Valdés lo consiguió. Tú, que naciste de las manos de un genio sevillano, has sido reinterpretada y descontextualizada para convertirte en un sujeto: transmisor y transgresor; a veces comunicativo, y otras, silencioso; barroco, a la vez que pop; y artístico, pero también urbano.
Tu creador, que por cierto es valenciano, fue uno de los precursores del movimiento pop en España. Su trabajo se sustenta en la reutilización de elementos de la Historia del Arte, especialmente de sus pintores favoritos como son Velázquez, Van Gogh o Picasso, para así, ofrecernos una visión a veces crítica, a veces irónica de la realidad.
Y tú, Menina, eres el fruto de ese trabajo.
Restaurante El Encuentro